La marca personal en el mercado laboral



En lo personal conozco dos ámbitos donde se utiliza el concepto de “marca personal”: en el marketing y en el fútbol. Y quizás en ambos se esté hablando de lo mismo.

Mi pasión futbolera me hace recordar una expedición que hizo el ex jugador de Cobreloa y de la selección chilena Héctor Puebla, cuando le asignaron hacer una "marca personal" a Diego Armando Maradona en un partido que disputó Chile contra Argentina en 1989 por Copa América.

¿Qué sucedió en aquella instancia?. Puebla anuló completamente a Maradona. Una vez terminado el partido, Maradona se acercó a Puebla, lo felicitó por su cometido y le entregó su camiseta. La prensa deportiva y especializada recuerda hasta el día de hoy cómo el defensor chileno pudo marcar tan exitosamente al mejor futbolista de todos los tiempos.  

Como señala Andrés Pérez Ortega, consultor experto en Personal Branding, la marca personal es “la huella que queda cuando ya no estamos”.

El proceso de desarrollo de una marca personal es considerarse a uno mismo como un sello distintivo y diferenciable.

En particular he analizado el concepto de Personal Branding y marca personal desde el enfoque de la Programación Neuro-Lingüística (PNL), mi área de especialidad. La PNL se centra en comprender cómo estructuramos y organizamos nuestros pensamientos, emociones, lenguaje y conducta para producir los resultados que obtenemos.

La pregunta es: ¿cómo puedo ofrecer algo distintivo y diferenciable si no me conozco interiormente, si no tengo claridad cuáles son mis capacidades, mis creencias, mis valores, etc.? En mi opinión, antes de definir dónde queremos trabajar o postular a una oferta laboral específica, se debe comenzar por hacer un profundo autoanálisis de nosotros mismos, para comprender a cabalidad nuestras fortalezas y debilidades personales, y cómo éstas se ajustan y desarrollan en un entorno de oportunidades y amenazas.

En segundo lugar, definir un objetivo con claridad y precisión para que dichas fortalezas y debilidades personales puedan alinearse en dirección hacia nuestro objetivo y sustentarse en un “posicionamiento” futuro.

Un objetivo bien formulado debe cumplir con ciertas condiciones, que se pueden resumir en la sigla anglosajona S.M.A.R.T (en español cada letra significa: Específico, Medible, Realizable, Realista y Tangible).
  • Que un objetivo sea específico significa que está bien segmentado y contextualizado, es decir que mi objetivo tenga una dimensión abordable para dirigir las acciones hacia su cumplimiento. No es lo mismo pensar en una "camioneta Ford color negro con doble cabina, aire acondicionado y cambio automático”, que solo referirse a un "vehículo de transporte".
  • Debe ser medible, ya que de esa forma podemos controlar cómo nos vamos acercando (o alejando) de nuestro objetivo. Por ejemplo, si nuestro objetivo es bajar de peso, debemos considerar aquellos indicadores de medición relevantes (como los kilos, el porcentaje de grasa, los centímetros de contorno, etc.), que nos demuestren que dicho objetivo se está cumpliendo.
  • Debe ser realizable. Esto responde a la pregunta, ¿es posible para alguien?. Cuando nos planteamos objetivos que no son realizables, estamos hablando de “desesperanza”.
  • También debe ser realista. Esto responde a la pregunta, ¿es posible para mí?. Cuando nos planteamos objetivos que no son realistas, estamos hablando de “desamparo”.
  • Y debe ser tangible. Desde el punto de vista de la PNL, un objetivo es tangible cuando en nuestra mente lo podemos describir sensorialmente a través de representaciones internas (es decir, por medio de imágenes, sonidos y sensaciones corporales) y cuando se establece un indicador de alcance de que ese objetivo se ha cumplido (“como si” se hubiese logrado en tiempo presente).

Comprendiendo de mejor forma quiénes somos y qué queremos hacer, podemos iniciar un plan de acción para transformar nuestra propuesta de valor en una marca personal.

El mundo laboral no es una carrera que dura sólo hasta cuándo termina un proceso de selección o outplacement, es una carrera que dura 35 años o más. Por ende, la importancia de desarrollar una marca personal para aspirar a mejorar nuestras posibilidades futuras dentro de un ambiente competitivo. 

Volviendo a la anécdota deportiva: ¿qué hacía distintivo a Héctor Puebla de otros futbolistas?. En el ambiente futbolístico se comenta que en los entrenamientos semanales era quién obtenía la mejor marca en los test de Cooper. Era uno de los futbolistas con mejor resistencia física del medio, ganándose el apodo de "7 pulmones" y manteniéndose vigente hasta los 41 años de edad. 

¿Se acordará Maradona de esa notable “marca personal”?. ¡Quién sabe!. Por lo menos, el ambiente futbolístico especializado sí la recuerda.

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